Crête de la Pique (Bagnères de Luchon, Francia).
Crête de la Pique desde el Pico Salvaguardia. La cumbre de la derecha es el Pico de la Mina y, la del extremo de la izquierda, el Pic de la Pique.
En esta ocasión voy desviarme del habitual estilo de los artículos de Geología y Montaña, pues quiero describir una actividad montañera muy interesante, la Crête de la Pique, que desde un punto de vista geológico no posee especiales atractivos para un montañero, si bien aporta información indispensable para un estudio geológico de mayor envergadura. Se trata de una escalada de más de 2 kilómetros a lo largo de una hermosa crestería que como recorrido geológico podríamos decir que fue realizado por “exigencias del guión”.
Desde hace ya tres años, en el marco de un Proyecto de Investigación, los geólogos Jordi Gavaldá, Agustín Martín Izard y yo mismo, nos encontramos trabajando en la estratigrafía, estructura y génesis de los yacimientos minerales de Zn-Pb, de los Pirineos Luchoneses, entre el Puerto de Benasque y el Hospice de France [2]. Por orden de importancia, las rocas que afloran en esta zona son pizarras, cuarcitas, conglomerados y calizas, cuya edad está comprendida entre el Cámbrico y el Silúrico. Se trata de rocas similares a las observables en la excursión entre el Coret de Varradòs y Tuc de Maubèrme. Por su parte, la estructura general de la zona corresponde a un antiforme, Anticlinal Central según los geólogos de la Universidad de Leiden, Holanda, que trabajaron aquí durante los años 60 y 70 [4]. Este antiforme se reconoce bien al Este de la Crête de la Pique, donde las rocas del Ordovícico superior ocupan el núcleo de esta estructura, aflorando pizarras silúricas al Norte y al Sur, es decir, en ambos flancos. Sin embargo, al Oeste de la crestería afloran rocas del Cámbrico y Ordovícico, en las que es difícil observar esta gran estructura (Fig. 1). Por esta razón, con el trabajo casi finalizado, una vez elaborada la cartografía, los cortes geológicos y tras realizar diversos análisis químicos, hemos visto que la estructura al E y O de la Crête de la Pique todavía no quedaba perfectamente correlacionada, razón por la que nos pareció necesario comprobar la geología a lo largo de la cresta y redondear así nuestro trabajo.
Figura 1. Mapa geológico de la zona de la Crête de la Pique. En rojo se indica el recorrido que se realizó escalando. P-1, P-2, etc. corresponden a los puntos de observación indicados en el texto.
A la vista de la dificultad que desde lejos presentaba la crestería, esta empresa parecía algo complicada para nosotros, por lo que mi compañero Jordi Gavaldá decidió pedir ayuda a dos expertos montañeros amigos suyos, Carlos Calvo y Javier Tirapu, ambos profesores de la Escuela Militar de Montaña de Candanchú (Huesca). Estos magníficos alpinistas estuvieron de acuerdo en prestarnos su ayuda y, la última semana de Julio del presente año, junto a Dani (estudiante de Geología e hijo de Jordi) decidimos realizar esta escalada con fines científicos.
Por la carretera N-230, desde Vielha (Valle de Arán, Lleida) llegamos en automóvil a Bossost, donde giramos a la izquierda para tomar la carretera N-141que nos condujo a Bagnères de Luchon. Al llegar a esta localidad francesa, tomamos hacia la izquierda una carreta secundaria que conduce a Superbagnères y, a los pocos kilómetros nos desviamos nuevamente a la izquierda, en dirección al Hospice de France, donde dejamos nuestro automóvil en el parking que allí existe. El tiempo total en recorrer este trayecto en automóvil fue de aproximadamente 1 hora. Ya a pié, desde el Hospice de France, tomamos hacia el SE el camino del Vellée de la Frêche hasta situarnos debajo del Pic de la Pique, una pirámide casi perfecta que desde abajo presenta una cara NE bastante escarpada. Decidimos subir hacia la pared, siguiendo el bosque que aparece en su falda, hasta alcanzar la arista Norte, pues nos parecía el lugar más factible para ascender al pico.
Antes de comenzar la descripción de la escalada, a modo de guía y brevemente describiré las litologías que afloran en la zona que, de más antigua a más moderna son las siguientes:
- Caliza de Culet. Son calizas de tonos amarillentos con abundantes intercalaciones de pizarras y con laminaciones de algas característica. Estas calizas fueron atribuidas al Cámbrico superior [1].
- Serie de Jujols. Alternancias de pizarras y cuarcitas, cuya edad puede situarse entre el Cámbrico superior y el Ordovícico medio.
- Conglomerados de Rabassa. Conglomerados, microconglomerados poligénicos y areniscas de grano grueso y pizarras de edad Ordovícico superior.
Conglomerados y microconglomerados de la Fm. Rabassa, con los cantos fuertemente aplastados por deformación posterior a su sedimentación.
- Formación Cava. Areniscas de grano grueso y pizarras, con algunas intercalaciones de delgadas capas de calizas, de edad Ordovícico superior.
Areniscas de grano grueso y pizarras de la Fm. Cava
- Caliza de Estana. Nivel de muy característico de calizas con un espesor de 1 a 10 metros. La edad también es Ordovícico superior. No siempre está presente este nivel calcáreo.
- Formación Ansobell. Pizarras gris oscuro, con intercalaciones milimétricas de areniscas de grano fino. La edad también es del Ordovícico superior
Antes de alcanzar la arista N del Pic de la Pique, observamos la presencia de los conglomerados de la Fm. Rabassa (P-1). Esto ya era una novedad respecto a lo esperado, pues estas capas que afloran cerca del Hospice de France junto a una mina abandonada, suponíamos que debían de aflorar más al Norte, debajo del bosque. En el Pic de la Pique afloraban las capas pizarrosas e inclinadas al NE de la Serie de Jujols, una roca no demasiado recomendable para practicar la escalada.
Con la alegría de haber realizado esta primera observación, nos situamos bajo la arista Norte formando dos cordadas, en la primera, encabezada por Carlos, íbamos Dani y yo mismo, en la segunda Javi y Jordi. Las instrucciones dadas por Carlos eran claras: con nuestra cordada subiríamos en V, con la cuerda tensa para evitar tirones en caso de caída. Esto implicaba que deberíamos escalar a la velocidad que él imponía, y sólo cuando Carlos parase o alguien de nosotros lo pidiera, se detendría nuestro ascenso. Así fue que casi sin darme cuenta me vi en medio de la arista Norte del Pic de la Pique. Mi corazón se aceleró mientras recordaba viejas sensaciones cuando me encontré en el aire, apoyado sobre cuatro pequeñas presas. La cresta resultó ser mas vertical de lo esperado mientras veía a mi izquierda como la ladera se precipitaba casi vertical hasta el Vallée de la Pique y a mi derecha la montaña se prolongaba hacia abajo por la pared NE del pico. Sin embargo, pronto me tranquilicé, pues toda la arista estaba jalonada por un sólido filón de cuarzo que ofrecía buenas presas para escalar, además Carlos y Javi trepaban por la arista con la agilidad y seguridad de felinos.
Alcanzamos la cumbre del Pic de la Pique sin novedades y procedimos a descender siguiendo la cresta. En el collado inmediatamente al Sur del pico, nos llevamos la segunda alegría de la jornada, pues observamos la existencia de una falla (P-2). En el collado se observa una grieta, de aproximadamente un metro de anchura, en la que se observa un relleno constituido por cataclasitas, es decir rocas de falla que resultan de la trituración de la roca encajante. La dirección de la falla es E-O, por lo que nos pareció que podría ser correlacionada con un cabalgamiento de igual dirección observado más al Oeste, en el Vallée de Lys, por geólogos holandeses [3]. Seguimos la cresta hacia el Sur y, una vez en el bloque meridional de la falla, nuestra suposición se vio reforzada al observar las areniscas de grano grueso de la Fm. Cava. Por lo tanto, la falla corresponde a un cabalgamiento dirigido al Sur que superpone las capas de la Serie de Jujols del Pic de la Pique, sobre las capas del Ordovícico superior aflorantes al Sur de la misma.
A partir del punto P-2, se sigue la cresta sobre los conglomerados y areniscas groseras y pizarras de las formaciones Rabassa y Cava. En esta ocasión no se nos puede acusar de que no habernos acercado a los afloramientos, pues durante todo el trayecto constantemente tocamos la roca con nuestras manos mientras trepamos pasos de II y III grado (también superamos algún paso de IV). Si bien la dificultad técnica no es muy grande, la trapada es delicada ya que discurre a lo largo de una afilada y descompuesta cresta, de la que frecuentemente se desprenden grandes bloques de roca, por lo que debemos de poner los 5 sentidos para no tener ni un solo despiste.
Llegados a punto P-3 encontramos una nueva falla, de dirección E-O, que sitúa las pizarras de la Fm. Ansobell en el bloque meridional. Desde aquí ascendemos al Pic de la Frêche, donde nuevamente afloran conglomerados de la Fm. Rabassa, y descendemos al Col de la Frêche, atravesando nuevamente las pizarras de la Fm. Ansobell. Lo que hemos cortado desde el punto P-3 hasta el P-4, son dos sinclinales, con pizarras de la Fm. Ansobell en el núcleo, que ya habíamos observado en el Vallée de la Pique, al Oeste de la cresta.
Llegados al Col de la Frêche decidimos dar por terminada nuestra escalada, pues su continuación hasta el Pico de la Mina era innecesaria, ya que la geología de ese sector la habíamos estudiado desde la parte baja de la cresta. El resultado final de la jornada no pudo ser más alentador, pues el hecho de encontrar a lo largo de casi toda la crestería los conglomerados y areniscas de las formaciones Rabassa y Cava, nos ha permitido cerrar el antiforme de forma precisa, con niveles estratigráficos bien conocidos.
Desde el Col de la Frêche, ya sin agua, descendimos hacia el Vallée de la Pique, donde seguimos el camino hacia el Norte, hasta el Hospice de France. El tiempo empleado en la escalada, con paradas incluidas, fue de 9 horas.
Fotos de la escalada
Crête de la Pique desde el Pico Escalette (Val d'Aran).
... Pic de la Pique, una pirámide casi perfecta que desde abajo presenta una cara NE bastante escarpada ...
Izquierda: Dani al pie del Pic de la Pique.
Derecha: ... nos situamos bajo la arista Norte formando dos cordadas ...
... Mi corazón se aceleró mientras recordaba viejas sensaciones cuando me encontré en el aire, apoyado sobre cuatro pequeñas presas ...
... Carlos y Javi trepaban por la arista con la agilidad y seguridad de felinos ...
... no se nos puede acusar de que no habernos acercado a los afloramientos, pues durante todo el trayecto constantemente tocamos la roca con nuestras manos ...
... descendemos al Col de la Frêche ...
... con Carlos Calvo ...
... la trapada es delicada ya que discurre a lo largo de una afilada y descompuesta cresta ...
Pico Salvaguardia y lagos de Boum, desde la Crête de la Pique.
Otros momentos de la escalada
Referencias
[1] Bouquet, C., Bourrouilh, R., Guérangé, B. et Vaché, E. (1990). Le Cambro-Ordovicien de l’Hospice de France, Haute Chaîne, Pyrénées Centrales, Sédimentologie et premières corrélations. In: Sassi, F.P. & Bourrouilh, R. (Eds.), IGCP Project n° 5, Newsletter, 7: 131-133.
[4] Zwart, H.J. (1979). The Geology of the Central Pyrenees. Leidse Geologische Mededelingen, 50, 1-74.